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Ya sea para enfriar tus bebidas como para conservar el frío de las botellas en una cubitera o hielera, los cubitos de hielo son un recurso muy eficaz, barato y sencillo. Te explicamos los diversos tipos de cubitos que puedes usar para tus cócteles y presentaciones, así como las diferentes formas de hacerlos.
Tipos de cubitos de hielo
Los cubitos o dados de hielo son algo más que simple agua congelada. Las diferentes formas de fabricarlos se corresponden con los usos a los que vayan destinados. Estos son los más populares:
Hielo americano
Es el cubito clásico que se usa en los bares y restaurantes para servir las bebidas. También se le conoce como hielo macizo.
Tienen forma cilíndrica y suelen presentar un pequeño agujero que los atraviesa de lado a lado. Esto se debe a que la máquina donde se generan congela el agua alrededor de largas varillas, quedando así un espacio vacío interior al retirarlas.
Hielo picado (frappé)
Muy empleado para granizados y ciertos cócteles. Se fabrica con una centrifugadora que machaca un gran bloque de hielo hasta reducirlo a fragmentos pequeños. También se puede preparar a mano en casa con ayuda de un picahielos, aunque este es un proceso más laborioso.
El llamado hielo fizz o hielo estilo Cobbler reduce aún más las porciones de hielo, que acaban convertidas en escamas que se derriten en poco tiempo. Se usa mucho para preparar cócteles coloridos, ya que su transparencia ofrece interesantes efectos luminosos en las copas.
Hielo laminado
Estos cubitos tienen forma plana y su peso ronda los 23 gramos. Su principal ventaja es que se adaptan mejor que los cubitos clásicos a la forma del vaso o la copa.
Por otra parte, las cadenas de comida rápida los usan en sus bebidas abusando de la proporción de hielo (más barato de producir que la propia bebida) y ahorrando así producto.
Otros tipos de cubitos de hielo
Existen también otros tipos de cubitos cuyas formas dependen del molde usado en su producción. Así, hay cubitos cuadrados, con forma de barra alargada (cubitos tipo Collins), esféricos… También hay moldes para cubitos con formas divertidas especialmente pensados para bebidas infantiles.
También hay que mencionar los cubitos de hielo reutilizables, una idea que está cada vez más de moda. Pueden ser de acero inoxidable, de esteatita o de plástico de colores. Es cierto que no son auténticas piezas de hielo, pero cuentan con otras ventajas: no aguan las bebidas y se pueden usar tantas veces como se necesite.
Los 5 mejores trucos para hacer los mejores cubitos de hielo
Hay algunos trucos prácticos que puedes hacer servir para que tus cubitos de hielo queden bonitos, brillantes y cristalinos. Toma buena nota de ellos:
- Usa agua mineral, si puede ser, de mineralización débil. Gracias a su escaso residuo seco, es perfecta para conseguir cubitos de hielo transparentes. En algunos lugares el agua corriente contiene elevados niveles de cal, lo que da lugar a los típicos cubitos de hielo blancos y translúcidos.
- Hierve el agua. Otro recurso fácil que garantiza un proceso de congelación homogéneo. El agua se hierve en una olla y después se deja enfriar más o menos hasta los 70º C antes de verterla en la cubitera y meterla en el congelador.
- Elige la cubitera adecuada. Las mejores son las de silicona, que permiten desprender los cubitos de hielo de manera sencilla y limpia (en las de plástico por ejemplo existe el riesgo de que se nos rompan). Muy importante: antes de verter en agua en la bandeja o cubitera, hay que asegurarse de que ésta está bien limpia.
- Cubre los cubitos con un plástico antes de meterlos en la nevera, evitando así que se depositen sobre ellos partículas de polvo y otras impurezas.
- Evita los malos olores. Siempre hay que conservar el hielo en un cajón o un rincón del congelador específico, alejado del resto de los alimentos. Si no prestamos atención a esto, nos podemos encontrar con que nuestros cubitos quedan impregnados de olores desagradables.