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Las puertas francesas, también llamadas puertas dobles o ventanas francesas, son un tipo de construcción ligera hecha a base de paneles de vidrio que se extienden por las dos hojas de la puerta y los paneles adyacentes.
Su nombre, como es lógico, nos indica su origen. Este tipo de puertas empezó a ser usado en Francia en los siglos XVI y XVII. Surgieron por la necesidad de aprovechar al máximo la luz exterior para iluminar las estancias de los palacios y las casas más pudientes. Con el tiempo se hicieron muy populares en los países del centro y el norte del continente, donde hay menos horas de luz en los meses de invierno.
En realidad, el diseño de las puertas francesas es el resultado de la aplicación de los principios arquitectónicos del Renacimiento (regularidad, simetría, proporción y luminosidad), muy populares en Francia y en muchas partes de Europa en ese momento histórico.
Ventajas de las puertas francesas
Disponibles en PVC, madera o aluminio, las puertas francesas cuentan con muchos fans. Con ese estilo clásico atemporal, el resultado estético es incuestionable, pero este diseño ofrece aún más ventajas:
- Gracias a su gran capacidad de apertura (hoja doble de gran tamaño), la transición entre la zona de terraza o jardín y el interior del hogar sea más fluida.
- Al estar equipadas con sistemas de sellado resistentes a las corrientes de aire así como acristalamiento y perfiles adaptados, retienen mejor el calor en el hogar. La mayoría de los modelos modernos están bien adaptados a ello, evitando las carencias de las puertas antiguas. Eso se traduce en una mayor eficiencia energética y ahorro.
- Salvo excepciones, las puertas francesas siempre se abren hacia el exterior. Eso asegura un uso completo del espacio interior.
Diferencias con las puertas de patio
Existen algunas sutiles diferencias entre las puertas francesas y las tradicionales puertas de patio o terraza. Ambas constan de grandes paneles de vidrio y se usan en los accesos a las zonas exteriores de la casa: patio, terraza, jardín… Sin embargo, hay algunos elementos que nos ayudan a distinguir a unas de otras:
- Las puertas de patio suelen ser correderas. Las francesas en cambio son abatibles, y siempre hacia el exterior.
- Las puertas francesas tienen perfiles más anchos y, en muchos casos, contienen patrones de cuadrícula. U recurso clásico pero muy elegante.
- Además, estas últimas suelen contar con paneles acristalados o paredes de vidrio a ambos lados, lo que refuerza la iluminación del interior.
- Por último, las puertas francesas también pueden quedar muy bien como elemento separador entre diferentes habitaciones en el interior del hogar, como explicamos en el siguiente apartado.
Puertas francesas para espacios interiores
Una puerta de patio «a la francesa» puede agregar un toque especial a la decoración de nuestro hogar. Aunque este diseño de puerta fue concebido como acceso exterior y priorizando la cuestión de la iluminación natural, no hay ninguna regla escrita que impida poder usarlas en otras partes de la casa.
Por ejemplo, este tipo de puertas puede instalarse en el acceso al salón o comedor de casa, realzando así la entrada a la habitación más grande o más importante de la casa. También puede ser la perfecta puerta para un despacho una sala de reuniones e incluso un dormitorio. En todos estos casos la opción de puerta corredera (como la de la imagen de arriba) queda perfectamente justificada.
En realidad, cualquier opción es válida. Todo dependerá un poco del estilo de decoración de nuestro hogar y de la disposición-distribución de los espacios.
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