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El suelo laminado o parquet es un recurso decorativo que aporta calidez y confort a una casa o a una habitación. Imita con mucha fidelidad el encanto de los suelos de madera, pero con la gran ventaja de ser más barato y resistente. También es más fácil de instalar y de mantener.
Existe una gran variedad de suelos laminados para adaptar a cualquier tipo de estilo o ambiente. A continuación te contamos todo lo que hay que saber sobre el suelo laminado: las opciones que hay en el mercado, sus ventajas y los cuidados que requiere.
Tipos de suelo laminado
La gama de suelos laminados que hay en el mercado es muy variada y responde a todo tipo de necesidades tanto funcionales como estéticas.
Por su color
Los tonos más claros (blanco, gris, beige) aportan más luminosidad; los tonos oscuros, que emulan el color e incluso las vetas a la madera, son más cálidos y acogedores.
Por su forma
Las lamas alargadas ofrecen la sensación de mayor amplitud a una estancia, pero también existen diseños cuadrados regulares y otros con dibujos más complejos.
Por su resistencia
El grosor de las lamas oscila entre 7 y 12 mm, según el modelo. Los suelos laminados de mayor calidad, elaborados con buenos materiales y sólidos anclajes de instalación, son más duraderos y presentan mayor resistencia.
Por su función
Además del aislamiento acústico y anti-humedad, algunos modelos de suelo laminado cuentan con propiedades antideslizantes, antibacterianas e incluso antiestáticas, para evitar la propagación de descargas eléctricas.
Son muchos los factores a considerar cuando se trata de elegir el suelo laminado más apropiado en cada caso: las necesidades de cada habitación (en la cocina por ejemplo siempre hay más posibilidades de que el suelo se manche), las características de los habitantes de la casa (niños, adultos, mascotas), la decoración y el estilo de la casa, etc.
Las grandes superficies como Leroy Merlin, Brico Depôt, IKEA o Bricomart ofrecen una gran variedad de modelos de suelo laminado, con diferentes opciones en cuanto a calidad y estilo.
Instalación del suelo laminado
Instalar suelos laminados es bastante sencillo, siempre que se sea un poco mañoso y se observen una serie de detalles básicos. Estos son los pasos a seguir:
- Elegir una buena base. Un paso previo fundamental. Esta debe proporcionar un aislamiento acústico para el eco de los pasos y otros sonidos molestos. También debe ofrecer protección contra la humedad (se recomienda un grosor mínimo de 0,2 mm).
- Aplicar la base teniendo en cuenta las posibles irregularidades del suelo a fin de que la superficie quede completamente plana.
- Colocar las lamas sobre la base, empezando siempre por una esquina de la habitación que dibuje un ángulo recto. Es importante dejar un pequeño espacio (unos 7-8 mm) como junta de dilatación. Las lamas tienen una lengüeta que se debe introducir por debajo de la lama instalada y presionar hasta escuchar el «clic».
- Para igualar las superficies se puede hacer servir un martillo y un taco de goma golpeando siempre de forma suave.
- Por último, sólo queda colocar los rodapiés con adhesivo de montaje.
Para conseguir un resultado final perfecto, hay muchos complementos prácticos como los perfiles de transición, que sirven para conectar el suelo laminado de diferentes habitaciones, o mamperlanes para el filo de los peldaños de una escalera.
Cuidados básicos del suelo laminado
Los diferentes tipos de suelo laminado incorporan ya una protección especial que incorpora materiales hidrófugos, es decir, capaces de preservar la madera de los efectos del agua. Aún así, es conveniente limpiar su superficie con regularidad, utilizando un aspirador o una mopa.
¿Qué hacer si hay manchas en el suelo laminado? Ante todo , hay que recordar que el suelo laminado no se debe lijar en ningún caso, pues eso eliminaría la capa de protección y perjudicaría las propiedades antideslizante o antirayado de las lamas.
Para eliminar manchas y mantener el brillo original del suelo existen en el mercado muchos productos neutros específicamente pensados para suelos laminados. Antes de aplicarlos, hay que asegurarse de que la superficie esté bien limpia y lisa.